Los padres de un bebé recién nacido con el labio
leporino (fisura labial al defecto congénito que consiste en una
hendidura o separación en el labio superior) abandonaron a su bebé en
una caja de zapatos en el cementerio de la región de Guangxi, al sur de
China, y posteriormente lo enterraron.
Según informa
GXnews.com.cn, ocho días después una mujer, alertada por los lloros del
niño, se acercó hasta el lugar en el que fue enterrado y descubrió con
horror lo que sus familiares había hecho. La mujer pidió ayuda en su
aldea y un budista de 75 años se acercó a investigar lo ocurrido. En
primer lugar, dio aviso a la policía de la cercana ciudad de Baise.
Cuando llegaron los agentes, cavaron varios centímetros en la tierra y
encontraron al bebé en una caja de cartón. El niño, que vomitó tierra,
fue tratado por los servicios médicos y ha logrado sobrevivir.
Según
los investigadores, este milagro fue posible gracias a que el agua de
lluvia traspasó el suelo y la caja e hidrató al bebé, al que también le
llegaba oxígeno para respirar.
La policía logró localizar a los
padres, que confesaron que llevaron al niño al cementerio el 24 de abril
y que lo abandonaron en una caja de cartón y que dos días después
regresaron y lo enterraron.
Los agentes han detenido a cinco miembros de la familia, que han sido acusados de asesinato.
El
abandono de bebés es una práctica habitual en china, sobre todo si
tienen problemas de salud y pertenecen a las clases más desfavorecidas.
Por ello, el Gobierno chino ha establecido puntos de entrega para
aquellos padres que no quieran a sus hijos. El sistema es muy frío y
cruel. Los padres acuden a uno de los puntos de entrega, meten al niño
en una habitación y se van. Minutos después entran los empleados de los
servicios sociales y recogen al menor, lo examinan y lo reasignan.
Algunos son entregados a otras familias, pero la mayoría acaban en
orfanatos.